Bueno... Una amiga me dijo que hiciera un blog para publicar mis fics... que más que fics, son historias (divagaciones mentales) basadas un poco en lo que escucho, lo que veo, en el día... mi ánimo... en fin, son leseras sin mucho sentimiento que tarde o temprano llegan a un cayejón en el cual no se como seguir...

No soy muy buena con las letras... pero ese vacío puede ser bien tomado como un final :D...
como sea, ojalá ke el lector lo disfrute...

Dedicado a los amigos n.n!!... aunke solo unos pocos lo vean...

Sláinte!
(B)x(B)


pd: lo rojo son historias sueltas... y todo lo ke este en un solo tono (salvo el rojo) es una historia en continuidad

domingo, 13 de julio de 2008

Du ser, du støter på ... Kan jeg nekte? II

Quién sabe cuanto dormí, pero parece que fue demasiado porque me costó enfocar la vista. Todo estaba tan claro, demasiado brillante, me dolían los párpados.
-¿Dónde estoy?- Pregunté confundida, sabiendo que había alguien más en el cuarto
-En su casa señorita, ¿se siente mejor?- era Stel quien había estado conmigo quien sabe cuanto rato velando mi sueño mientras guardaba la ropa limpia. Pasó su mano por mi rostro, como compadeciéndome.
-¿Qué... qué pasó?
-¿No recuerda nada? Anoche un joven bien parecido dijo que la encontró desvanecida en un callejón. Señorita, si me permite, ni a sus padres ni a mi nos parece que siga yendo por...
-¿Mi morral?
-Ahí, junto a su cama. El joven dijo mirar si algo había caído, pero no fue así, por tanto todo debería estar en su lugar. Esos callejones son peligrosos aunque... e... ¿qué le preocupa señorita?
No le presté atención a su reprimenda, yo estaba revisando frenéticamente el morral... claro que no estaba... el vampiro se lo tiene que haber llevado para evitar que yo supiese algo más. ¡Maldición! y yo que lo quería estudiar... a lo mejor nunca más lo vea. De pronto algo más me inquietaba. Toqué mi cuello, pero no tenía nada. Me paré y me vi al espejo a ver si había algo... nada... ¿por qué? Decepcionada, desilusionada, le dije a Stel que podía retirarse. La joven de delgada contextura hizo una reverencia y se fue cerrando la puerta con cuidado.
Revisé con más cuidado mi pálido cuerpo. Nada, no me tocó, no me mordió, ni me mató a pesar de que lo había descubierto.
Estaba molesta, esperaba algo más...

Cepillé mi largo cabello y me alisté para comer. Cuando bajé mi madre me saludó efusivamente como si hubiese estado a punto de perderme. Me contó del joven que me vino a dejar la noche pasada y de lo preocupados que quedaron con tal acontecimiento.
Esa noche teníamos una cena de negocios y mientras íbamos en el coche me preguntaba cómo sabía donde vivía. No le podía decir nada a mis padres ya que ellos creían que yo salía con mis documentos, sin embargo los escondía en casa para que no los encontraran. En el camino les pregunté si sabían su nombre, pero me explicaron que él quería discreción ya que sus pésimos hábitos le podían traer problemas con su novia - pero si es un hombre de bien- dijo mi madre luego - lo más seguro es que lo veamos esta noche y le podrás agradecer en persona- me contó que de todas formas fue extraño el acontecimiento y la misma noche, después de que el joven se fue, ella subió a revisarme y revisó mis cosas para ver si algo andaba mal, al igual que yo, pero no encontró nada extraño (a diferencia de que faltaba el diario y la carta... pero ella no podía saber que tomé eso de la biblioteca a escondidas). No creo que aparezca esta noche, así que no me queda otra que esperar encontrarlo alguna noche...

Domingo...

Lunes...
De la escuela a la biblioteca. Me quedé en ella esperando encontrar alguna referencia del vampiro... pero nada... Debía saber más, la ansiedad me consumía... por algún motivo quería ser una de ellos, y la única manera de conseguirlo era encontrarlo. Cuando mamá hubo cerrado la biblioteca insistí en quedarme otro rato y lo conseguí, sólo que ella mandaría a papá por mí en un par de horas.
Esperé un rato, hasta que nadie transitase por la avenida, que los callejones se vieran más oscuros de lo normal. Salí, dejé cerrado y comencé a introducirme n cada uno de los callejones que quedaban hasta mi casa, pero nada...
Pasó cada noche durante un mes o dos y no apareció más.

Nuestra biblioteca era la más completa, hasta el libro más inusual estaba en ella y o comprobé yo misma
-¡Oh, señor! ¿Qué lo trae por aquí?- el caluroso saludo de mi madre llamó mi atención y me asomé desde el tercer piso para ver de quien se trataba... era él. Me escondí y esperé a que subiese.
Estaba tomando un libro de "aquella" sección.
-¿Qué buscas?- le pregunté sobresaltándolo.
-Señorita, que falta de respeto la suya por tratarme de esa forma sin conocerme.
-Sé quien... o mejor dicho, que eres
-¿Qué?- estaba sorprendido, aunque lo disimuló, lo noté de inmediato -n... no sé de que hablas, solo vine por unos libros.
-¿Cómo te llamas?... vamp...- en un segundo estaba frente a mí tapándome la boca, mirándome fríamente con esos ojos verde menta, estuve a punto de desmayarme, pero resistí, desafiándole con mi mirada.
Se alejó y tomó algunos libros (que aún no he leído), se marchó a registrarlos. Mi madre volvió a preguntarle su nombre, pero él continuaba esquivo
-Señor, no puedo pasarle esos libros si no me da su identificación- Mi madre dio en el clavo y yo debía escuchar con atención
-Esta bien- dijo el vampiro frunciendo el señor -Amadeus Blake- me lanzó una mirada y sonrió.
En unas semanas él debía volver y yo lo iba a estar esperando... Amadeus Blake. Busqué en todos los registros a ver si encontraba alguna coincidencia... no tiene señora ni hijos, no ha participado en sucesos extraños, nunca se ha casado, no es nuevo en la ciudad, ¡Oh por Dios! no existe simplemente... nada... ni una coincidencia... ¡vampiro traidor!
El "señor Blake" volvió en dos semanas a la biblioteca, casi estaba cerrada y mi madre lo atendió dejando que escogiese otro libro. Sólo dejó los que había llevado y no solicitó otra salida. Salí por la puerta trasera y lo seguí. Amadeus media casi dos metros y sus ropas eran más normal que las de aquella vez, pero su rubio cabello seguía igual de largo.
Se metió por un callejón y corrí pero cuando llegué él ya no estaba ¡maldito vampiro tramposo!

-¿Qué quieres?- Una voz grave y gutural sonó detrás de mi sorprendiéndome.
Desafiante, como siempre, le dije -que me devuelvas mi libro y saber por qué estas aquí-.
-Mi nombre es Amadus Blake, soy...
-un vampiro- lo interrumpí, evitando sus esquivas respuestas. Me miró con desaprobación, bastante molesto al parecer
-¿Qué quieres?- me gruñó
-Ser una de ustedes y que me devuelvas mi libro
-No puedo
-¡Todos sabrán que eres si no...
-Da igual, nadie cree en la existencia de vampiros y no me voy a quedar mucho tiempo
-¡Amadeus!
-Escucheme con atención señorita. Si quiere "ser una de nosotros",bueno, va a tener que esforzarse y controlar su carácter o no durará ni un sólo día entre las bestias. YA nadie cree en vampiros,si habla o no me tiene sin cuidado. El libro era mio originalmente, por tanto, sólo lo recuperé lo que me pertenece. Ahora, s me permite- hizo una reverencia y se marchó

No quedaba otra que resignarme. No lo vería nunca más, no había posibilidad de ser una de ellos, y no hay nada más deprimente que refugiarse en libros de vampiros, soñando con que vengan por una... por tanto debía olvidar y continuar con mi vida.

1 comentario:

Yulice dijo...

Lestat tiene los ojos violeta :3 y es mucho mas egocéntrico xDDD
See lo amo *w* es mi ejemplo a seguir, y el terciopelo rojo escarlata no es tan chillón ¬¬ y es bonito y si, habia pensado en mandarlo a hacer xDDD
Cuidate cabrita, sigue escribiendo, cuando vuelva espero encontrarlo mas completo :3

 

Large Visitor Map