Bueno... Una amiga me dijo que hiciera un blog para publicar mis fics... que más que fics, son historias (divagaciones mentales) basadas un poco en lo que escucho, lo que veo, en el día... mi ánimo... en fin, son leseras sin mucho sentimiento que tarde o temprano llegan a un cayejón en el cual no se como seguir...

No soy muy buena con las letras... pero ese vacío puede ser bien tomado como un final :D...
como sea, ojalá ke el lector lo disfrute...

Dedicado a los amigos n.n!!... aunke solo unos pocos lo vean...

Sláinte!
(B)x(B)


pd: lo rojo son historias sueltas... y todo lo ke este en un solo tono (salvo el rojo) es una historia en continuidad

viernes, 5 de septiembre de 2008

Zufälle ... unsere Folter ... gleiche Schicksal... Ziel süß

Mierda de vida...
Es lo primero que pienso cuando te recuerdo, cuando me doy cuenta que ya no puedo estar junto a ti...
Cuando recuerdo que a fin de cuentas te deje partir sin más decir una sola palabra...
En estos momentos, tras intentar sobreponerme a tu éxodo...¡a aquel necio éxodo!, pienso en lo inepta que fui...si tan solo te hubiese dicho aquello en ese momento...
todas esas palabras, que en realidad eran más que eso. Cierto, yo pensaba que solo eran dicciones... hasta ahora que te perdí...
Ya es tarde...
El destino te ha quitado de mi camino... yo te puse en él, y ahora sin más me arrebata de tu presencia, de tu rostro, de tu voz... de ti...
Mierda de vida...
Vuelvo a pensar en estos momentos, recostada. Y no lo soporto... creí que podría, que tan solo eras un capricho más, uno como de tantos con los que me he confundido haciéndome creer a mi misma que era capaz de sentir algo... sin embrago terminaba dándome cuenta que no sentía... te confundí con un "no sentir"... con uno de tantos...
pero, ahora... creo que realmente pudiste abrigarme... no... te busqué para que estuvieses ahí para mí... te encontré y nunca estuviste para mí... lo entendía perfectamente, mas la verdad es que deseaba no saber, no entender y seguir... solo eso... seguir...
Ahora, como tú, yazco entre estas blancas sabanas... sola... sin más que pensar en mis últimos minutos de agonía absoluta, hasta que por completo se borre mi consciencia... hasta que ya no tenga que pensar en que no me arrepiento de esta absurda decisión... tenía tantos sueños, tantas ilusiones, tantas ganas de continuar una senda hasta que llegase por si sola, tocase mi puerta y me llevase sin mi consentimiento.. pero en realidad esas metas y sueños nunca fueron lo tan fuertes como este... el de reunirme contigo...
Je... que tonta... si es imposible reunirnos ya que cada quien tiene un destino distinto al otro que se cruza, mas no se entrelaza... y así como todos... no nos entrelazamos...
Han pasado seis horas, no creí que tardaría tanto, tiene que ser mi propia resistencia la que retrase aún más este proceso...
Ya no siento mi cuerpo... no oigo más que gritos, me llaman... y no son los mortales...
Lo siento por aquellos que no querían esto para mi, por aquellos que me envidian con todas sus ganas por que tuve finalmente el valor... o la cobardía de conseguirlo finalmente... y temo una reacción en cadena... pero... que más da, no puedo regresar el tiempo... y... ¿Para qué? Si de cualquier forma lo volvería a hacer... en las mismas condiciones... no... si pudiera no te habría prometido que no lo haría contigo... y, al contrario, te habría pedido ayuda... un complemento...
¡Maldición!
Aún estoy consciente... están entrando... y yo que quería quedarme en cama un rato más en paz con mis pensamientos fúnebres... en mi pieza... con mis cosas... con tus recuerdos... ahora serán otras sabanas blancas las que me acojan...
Este es mi último adiós...

sábado, 26 de julio de 2008

Hva rotet jeg har funnet?!

Pasaban los meses y no parecía haber cambios en su actitud...
se encerraba en su cuarto, apenas lo veía, Stel lo atendía como de costumbre...
su actitud me enfermaba...
Pero comencé a notar cambios en Stel. Estaba más pálida y torpe, parecía un zombie, tenía unas ojeras terribles, pero decía dormir bien... obviamente no le creí... nada encajaba y yo sabía quien ha de ser el culpable.
Esa noche, yo estaba acostada leyendo un libro. Tenía mucho que averiguar de estos chupa sangre. Stel entró en mi cuarto a guardar unas sabanas y aproveché la oportunidad.
-Stel...
-Digame, señorita
-¿Tú... sabes qué se trae ese señor Amadeus en nuestra casa?
-¿Usted piensa algo malo de él?
-Naturalmente, me parece un tanto aprovechada su actitud
-A mi también me lo parece un poco, pero no es mala persona
-Nunca he hablado con él, a pesar del tiempo que leva con nosotros y considerando que es gracias a mí que él puede quedarse, ¿no le parece extraño?
-Si me permite, creo que exagera- Stel se acerca a la puerta -con permiso señorita
-¡Stel!- la retuve -¿No le ha hecho nada, verdad? Usted ha cambiado mucho este ultimo tiempo
Pero me miró indignada y se fue sin responder.
Stel y yo teníamos una confianza inusual, considerando que ella era mi criada. Ella era mi única y mejor amiga y se había vuelto tan distante...
No podía quedarme tranquila con el trato que me dio. Decidí averiguar qué pasaba.

Entrada la noche, cuando ya nadie merodeaba por la casa, me puse en guardia. Como el dormitorio de Stel estaba junto al mío, podía oír todo lo que pasase en su cuarto. Unos minutos más tarde escuché pasos y su puerta rechinando. Era él quien entraba en su cuarto, se notaba por el sonido al caminar; un calzado suave y silencioso, no como el de las damas que es un tanto ruidoso por el tacón. Un sonido gutural se escuchó en el vacío, una arcada... el silencio absoluto..
La curiosidad me mataba, entre descalza en su cuarto para evitar el ruido.
La escena que vi a continuación fue impactante. Las ventanas estaban abiertas de par en par, y un cuerpo oscuro estaba montado en el marco con los ojos verde esmeralda lo suficientemente brillantes para que yo viese su expresión, la cama estaba desarmada con el cuerpo de mi querida Steal atravesado, inerte, agónico, perdiendo la poca sangre que circulaba por sus muñecas. Parecía querer decirme algo, pero el habla no le salía.

Amadeus comenzó a escapar y yo sin dudar ni pensar lo seguí por la misma ruta sin perderlo de vista. Nunca antes había corrido tan rápido, no se de donde habré sacado tal energía... ha de haber sido la impotencia. Un hombre bajaba de su coche, a´n no quitaba las llaves del carro, cuando lo empuje apartándolo de mi camino y tomando el móvil. conduje instintivamente casi a su lado, pero se adelantó en un curva... maldita bestia...
Al final de la avenida, él estaba parado frente a mí, desafiándome; pero sin vacilar ni por un segundo el vehículo pasó sobre su cuerpo, arroyándolo... maldición, ¡maldito vampiro! me esquivó haciendome chocar contra un poste. Mi cabeza se estrelló contra el manubrio, producto de eso, perdí gran cantidad de sangre de mi cabeza. Salí lo más rápido que pude del vehículo, mareada y confundida a su encuentro. Lo busqué con la mirada y lo vi apoyado en un muro, tocando en su violín algo que sonaba como un réquiem en las sombras de la húmeda calle. Me miraba fríamente de reojo, y yo a él, pero sin negarlo. El auto explotó a mis espaldas, causando más heridas en mi cuerpo, dejandome de boca en el suelo de piedras. De a poco todo se volvía más oscuro a mi alrededor, pero debía luchar contra esa perdida de consciencia, no debía acabarme... intenté ponerme e pie, pero caía de rodillas otra vez. Una risita burlona destelló a la corta distancia.
Me recordé quede la guantera había sacado una pistola cargada que tenía el dueño del vehículo; la saqué de debajo de mi hombro y disparé; mi padre en alguna circunstancia me había enseñado a disparar y soy buena recordando viejas enseñanzas... un tiro certero en el corazón del desgraciado... un aullido desgarrador lo descolocó por completo, me ensordeció por un segundo. El cuerpo del vampiro se retorció de manera inhumana y con una velocidad desconcertante se cercó a mí y me tomó entre sus brazos con odio en sus ojos, se veía espeluznante aquel verde esmeralda con finos destellos escarlata enmarcándolos.

Mi mirada se perdía, estaba perdiendo demasiada sangre gracias a las heridas; encualquier segundo me iba a desmayar. Y más en cima, en un parpadeo elvampiro ya tenía su colmillos clavados en mi yogular. Un grito ahogado... no podía respirar, mis ojos se salían desorvitados, mi espalda se encorbaba exageradamente. La sed aumentaba en mi interior, podía oir gota tras gota salir de mi interior y refugiarse en sus salados labios rojos. Aún no estaba todo perido. No iba a permitir que "eso" me robase la vida; mas no podía moverme, estaba petrificada y él no sesaba de sucionar mi sangre... la peor muerte... la más lenta y desgraciada. Con la poca mobilidad que adquirí en mis dedos le apunté con el arma directo en el pecho. Se detuvo, separando sus colmillos de mi cuerpo. Ví su rostro satisfecho y le dije "no pienso morir así...aquí... en tus manos...", me acerqué a su pecho como si cayera de cara a un charco de agua después de días sin probrar gota alguna... sólo que este era de sangre, la que saboreaba por primera vez...
Tímidamente lamí algunas gotas que aún caían por la balasera anterior, era deliciosa a pesar de estar mezclada con polvora, ontinpue ahora con más confianza, produciéndole un dolor inimaginable hasta para mí -¡Ya basta!- me gritaba, pero mi boca estaba unida a su pecho,su sangre me quemaba desde adentro, esparciendose por todo mi cuerpo; no quería apartarme de él, debía beber, beber, beber, beber más aún.
Violentamente me apartó de él, me rechazó, aunque yo ya no lo necesitaba, estabaviva. Le sonreí, satisfecha, pero su confianza me superó, me devolvió la sonrisa mientras se ponía de pie, dejandome en el suelo y a lo que oíamos las sirenas acercarse, me susurró al oido: no sabes en lo que te has involucrado; luego, con un aire vengativo en su voz, se alejó, desapareció de la escena.
Todo el escandalo fianalmente había llegado. Los enfermeros de la ambulancia me atendieron. Me subieron a una camilla y fue en aquel momenot que todo había acabado. Me permití perder la consciencia...
al fin.

miércoles, 16 de julio de 2008

Søt Drøm ...

Era muy tarde en la noche y había una luna hermosa...
parecía...
Septiembre...


Estábamos todos, tú, tu banda y yo... no sé qué hacía yo ahí... pero estaba con ustedes... Habíamos bebido bastante, creo que más que nunca, y lo habíamos pasado de maravilla. Fue divertido verte tropezar con la alfombra y casi besar al baterista, pero fue más gracioso cuando te quiso golpear por ello... Bueno, se había acabado la cerveza y ya era hora de partir. La van ya estaba cargada con los instrumentos y el chofer ya estaba bastante impaciente, hubiera sido mejor que se fuera al diablo de una vez, de todas formas nunca me simpatizó y a ustedes tampoco, pero cobraba poco.

Todos a bordo, tu conduces y yo te acompaño mientras los demás borrachos se bomitan las caras en el asiento trasero "mira, encontré una cerveza", dije cuando algo me incomodaba en la espalda del asiento.

Salimos de aquel barrio conocido pasando por fuera de mi casa... mis padres no lo sabían... y aunque no estuviste de acuerdo conmigo, yo prefería que no lo supieran o no me dejarían ir, tienen razón pero e la única vez que me voy a sentir tan viva...
Zig-sagueando por la recta de unos trecientos metros llegamos a aquel estrecho puente a toda velocidad, lanzándonos a la suerte, con una botella de cerveza a punto de ser abierta si es que pasábamos.
-Siii!!!, ¿vez que todos son mitos?- me dijiste, como si un niño pequeño hubiese apostado con otro, notando el nerviosismo en mis ojos, en mi temblor y quizás en por como apretaba mi mano contra el gancho que estaba en el techo; al final nos reímos mientras continuabas conduciendo en aquel odioso mal trecho... Bueno, ya estábamos mejor, en una de las principales vías de Concepción, entregados a la velocidad y al alcohol, estábamos tan felices, creo que nunca lo habría estado más, creo que nunca me había olvidado tanto de esta mierda de mundo... y me parece que te pasaba igual.

La van venía bastante más atrás de nosotros, no se le apetecía correr. De cualquier forma ya habíamos llegado al bar donde nos esperaban... perdón, los esperaban. Ustedes eran las estrellas por las que celebrábamos, había un asado y bandas amigas tocando por un choripán XD. Alguien me había estado molestando y lo apartaste... ojalá fuera cierto... de cualquier forma el pánico y la emoción se mezclaban en mí en la más dulce de todas las sensaciones, íbamos a emprender un viaje a Santiago, me habías invitado a que os acompañara y acepté escapando de casa, sospechando, sabiendo, lo que iba a pasar... te conozco...

¡Oh, dios! no me iba a ir sin antes probar, aunque nunca me dio curiosidad, pero lo imaginaba, todo aquello que no había experimentado, salvo el sexo... creo que no le habría llegado ni a los tobillos a todas estas embriagadoras sensaciones que experimentaba. Bueno, nunca antes lo había pasado mejor, de manera tan libre y descuidada...


Era medio día y, aunque tu condición no te lo permitía, debías conducir n.n. ¿Qué? O.o? ¿Tú me va a enseñar? ¿Aquí y ahora?,de acuerdo, pero no me mates que soy dura de entender esto. Te lo advertí... Ok, tres cuadras me son suficientes, devuélveme la cerveza y te entrego el volante.




Nuevamente a toda velocidad, medio día, y era martes, pero las calles son nuestras. A todo lo que daba el motor zig-zagueando por la ruta 5 norte... A Santiago... las risas no cesaban, las bromas no callaban, ¿de dónde salía tanta cebada destilada?, este auto es espectacular... y es mejor en tu compañía, min gode venn...

En kurve svært lukket
En lastebil kom mot
Er dette var planen?
Oh, God! Esquival! ...
Gå ... alt dette for en grand finale ...
Jeg vet ...

Søt Drøm ... Min Venn...




lunes, 14 de julio de 2008

Velkommen... Accursed Amme Blod

Dos años más tarde, yo continuaba con mis hábitos, son buenos, me gustan.Mi padre ha viajado al extranjero por negocios y nosotras continuamos con nuestros quehaceres.
Al parecer... el tema de los vampiros se había vuelto una moda en mi clase, todas querían encontrar un vampiro y que las hiciera suya... no hacían más que hablar de ello, pero a mi no me interesaba así que me aburría.
Camino al externado, un encabezado llamó mi atención:
"Extraños sucesos... ¿vampiros?"

Leí un poco en el aparador; el periodista trataba el tema como si fuese algo normal encontrar cuerpos disecados y marcas n too el cuerpo... fue entonces cuando recordé a Amadeus... ¡Maldito chupa sangre tramposo! nunca se fue... en fin, nunca iba a satisfacer mi curiosidad... nunca iba a dañarme... me pregunto por qué
-Y bien, señorita sabelotodo- me llamó un compañero, Robert, un hombre hostigoso que no hace más que fastidiar y colarse en mi grupo social - ¿Vampiros o asesino cereal?- Tenía que quitármelo e encima y no me interesaba que l monstruo ganase fama -¡Oh!, por favor señor clark no me dirá que cree en esos cuentos, ¿verdad?- yo continuaba mi camino como si le hubiese hablado al viento, pero él insistía y me detuvo cruzando por en frente -¿De verdad no crees en estas cosas?
-¡Claro que no! Todo este revuelo viene gracias a los novelistas y, claro, el periodista vio su oportunidad de llamar la atención y ser portada- seguí ignorándolo pero no funcionaba de maravilla que digamos...
Esa noche, como todas, me quedé después de mi madre en la biblioteca y cuando legué a casa me esperaba con la cena servida y un invitado especial...
-¡Cariño que bueno que llegaste luego!, tengo que presentarte a alguien muy importante para la familia- la acompañé la sala y en el sillón estaba sentado de espaldas tomando té. Se puso de pie dejando el plato en la mesita y se giró lentamente. Yo ya había reconocido esa cabellera -El es el señor Amadeus Blake, te trajo de regreso a casa aquella vez que te desvaneciste. Ahora necesita ayuda y con tu padre ya nos pusimos de acuerdo en que podía quedarse con nosotros- se acercó y me saludo con una reverencia y un beso en la mano derecha... el frío de sus labios me estremeció de la misma manera que su aliento aquella noche.
No sabía que decir al respecto, él me veía como si fuese la primera vez que viera mis ojos... cuando en realidad no era así y yo estaba consiente de ello... Traté de disimular asintiendo a aquel acuerdo. Mas no pude evitar preguntar: ¿Por cuánto tiempo se va a quedar con nosotros señor Blake?, ¿La eternidad?- mi ironía se salía por los poros, sin embargo mi madre no lo notó, sólo él ya que sabía a que me refería.

No veía mucho a Amadeus, aunque lo normal sería encontrarlo en algunas ocasiones, pero cuando él no estaba en su cuarto yo entraba para averiguar que tanto necesitaba... Sus cortinas eran oscuras de terciopelo, ningún rayo de so debía entrar por entre la tela. Tenía libros muy antiguos en un estante que era como una mini biblioteca y tenía... una cama normal, no era un cajón ni nada muy extraño, era una cama normal...
De vez en cuando husmeaba entre sus libros, leía esperando encontrar información. Siempre encontraba algo nuevo, pero trataba de no quedarme mucho tiempo como era en la biblioteca, sino que leía una página o dos y salía... no me llevé ninguno de sus libros porque él se iba a dar cuenta y podría pasar como hace tiempo.
El no cenaba con nosotras, mi madre creía que era por que trabajaba demasiado... yo digo que era por que no necesitaba comer...
Tenía todas las libertades que quería, sus "malos hábitos" les eran permitidos siempre y cuando no nos afectase a nosotros, y Stel le atendía sin cuestionar.

Una madrugada me desperté porque escuchaba un violín a distancia, salí de mi cuarto y me di cuenta de que era él quien estaba tocando. Me senté en el suelo atrapando mis rodillas con mis brazos y escuché al lado afuera de su cuarto todo lo que podía. Era una composición propia, es lo más seguro ya que nunca antes había escuchado nada similar, parecía un llanto agónico, un sufrimiento impensable, como si anhelase la muerte sin podre alcanzarla al fin... Era el coro del infierno, no muy agudo ni distorsionado. De un momento a otro, mi vista se comenzó a distorsionar y a perder noción de tiempo y lugar...
Me vi en un castillo del siglo XVIII, con alfombras persas por todos lados y retratos a tamaño real en los muros de piedra. Una orquesta sonaba en algún lugar y se oían ecos de risas ebrias por doquier. Corrí entrando en cada habitación para saber de donde venía el ruido y cuando por fin hube dado con el gran salón, alguien detrás mio abrió las puertas de par en par permitiendo que las luces me segaran por un segundo y una gran angustia invadió mi ser sin saber a que se debía tanta conmoción... Miŕe con atención a mi alrededor, había demasiada gente hermosa, todos engalanados y muy alegres, algunos bailaban y otro bebían... sus sonrisas los delataron... no era vino lo que bebían. Un grito desesperado se oyó llamando la atención de todos los presentes incluyéndome, no era necesario esconderme ya que no me podían ver. Un hombre un tanto deforme estaba amarrado de muñecas y tobillos, lo tenían vestido con harapos y sufría, su rostro muerto tenía expresión de no haber probado bocado en semanas. Lo empujaron al centro del salón y todos lo veían y reían cantando victoria..."¡¡nunca nos atraparan!!", decía a gritos con la poca voz que le quedaba, los amenazaba con que llegarían a acabar con todos, que serían eliminados por ellos; pero los vampiros estaban tan confiados que continuaban con su festín, esperando ansiosos el sacrificio. Pero n ese momento, las caras dejaron de sonreír y sus ojos centelleaban con la sed de un asesino tras escuchar los cristales rompiéndose por todo el salón. Otros seres deformes entraban por todos lados y una gran batalla se libró en aquel lugar. Las garras y los colmillos de pronto se volvieron más peligrosos que en ocasión de caza; se abalanzaban como meras bestias sobre sus oponentes, defendiendo, atacando... caía sangre por todos lados, era una carnicería. Los engalanados movían sus manos invocando de alguna manera "algo" que yo no podía ver, pudo ser control mental u otra herramienta que les permitía mantener al margena a su oponente, pero las bestias eran más en número y por una pequeña diferencia obtuvieron la victoria total frente a los festejados. Nunca había visto a nadie morir ni en sueños... ahora había visto un ejercito caer de la manera más cruel... y sólo era un sueño...

Desperté recostada en una cama... que no era la mía, era la de Amaeus y él estaba durmiendo en su sofá junto al lecho. Traté de salirme sin que se diera cuenta, pero una vez que hube hecho un solo movimiento él despertó tranquilamente.
-¿Ahora entiendes por qué no te puedo convertir?- me lo decía casi como lamentándose en mi lugar... esas bestias aún lo estaban buscando... a él, y quien sabe a cuantos pocos sobrevivientes más...
-Pero ¿por qué no me eliminaste?
-No era necesario, estaba satisfecho, acababa de cenar- su sonrisa me dio un poco de pánico -y tu mirada m hizo dejarte en paz... pero llamaste más mi atención cuando nos volvimos a ver y recordaste todo lo vivido siendo que yo había borrado tu memoria... por eso he decidido estudiarte y analizar si es prudente... entrenarte...

domingo, 13 de julio de 2008

Du ser, du støter på ... Kan jeg nekte? II

Quién sabe cuanto dormí, pero parece que fue demasiado porque me costó enfocar la vista. Todo estaba tan claro, demasiado brillante, me dolían los párpados.
-¿Dónde estoy?- Pregunté confundida, sabiendo que había alguien más en el cuarto
-En su casa señorita, ¿se siente mejor?- era Stel quien había estado conmigo quien sabe cuanto rato velando mi sueño mientras guardaba la ropa limpia. Pasó su mano por mi rostro, como compadeciéndome.
-¿Qué... qué pasó?
-¿No recuerda nada? Anoche un joven bien parecido dijo que la encontró desvanecida en un callejón. Señorita, si me permite, ni a sus padres ni a mi nos parece que siga yendo por...
-¿Mi morral?
-Ahí, junto a su cama. El joven dijo mirar si algo había caído, pero no fue así, por tanto todo debería estar en su lugar. Esos callejones son peligrosos aunque... e... ¿qué le preocupa señorita?
No le presté atención a su reprimenda, yo estaba revisando frenéticamente el morral... claro que no estaba... el vampiro se lo tiene que haber llevado para evitar que yo supiese algo más. ¡Maldición! y yo que lo quería estudiar... a lo mejor nunca más lo vea. De pronto algo más me inquietaba. Toqué mi cuello, pero no tenía nada. Me paré y me vi al espejo a ver si había algo... nada... ¿por qué? Decepcionada, desilusionada, le dije a Stel que podía retirarse. La joven de delgada contextura hizo una reverencia y se fue cerrando la puerta con cuidado.
Revisé con más cuidado mi pálido cuerpo. Nada, no me tocó, no me mordió, ni me mató a pesar de que lo había descubierto.
Estaba molesta, esperaba algo más...

Cepillé mi largo cabello y me alisté para comer. Cuando bajé mi madre me saludó efusivamente como si hubiese estado a punto de perderme. Me contó del joven que me vino a dejar la noche pasada y de lo preocupados que quedaron con tal acontecimiento.
Esa noche teníamos una cena de negocios y mientras íbamos en el coche me preguntaba cómo sabía donde vivía. No le podía decir nada a mis padres ya que ellos creían que yo salía con mis documentos, sin embargo los escondía en casa para que no los encontraran. En el camino les pregunté si sabían su nombre, pero me explicaron que él quería discreción ya que sus pésimos hábitos le podían traer problemas con su novia - pero si es un hombre de bien- dijo mi madre luego - lo más seguro es que lo veamos esta noche y le podrás agradecer en persona- me contó que de todas formas fue extraño el acontecimiento y la misma noche, después de que el joven se fue, ella subió a revisarme y revisó mis cosas para ver si algo andaba mal, al igual que yo, pero no encontró nada extraño (a diferencia de que faltaba el diario y la carta... pero ella no podía saber que tomé eso de la biblioteca a escondidas). No creo que aparezca esta noche, así que no me queda otra que esperar encontrarlo alguna noche...

Domingo...

Lunes...
De la escuela a la biblioteca. Me quedé en ella esperando encontrar alguna referencia del vampiro... pero nada... Debía saber más, la ansiedad me consumía... por algún motivo quería ser una de ellos, y la única manera de conseguirlo era encontrarlo. Cuando mamá hubo cerrado la biblioteca insistí en quedarme otro rato y lo conseguí, sólo que ella mandaría a papá por mí en un par de horas.
Esperé un rato, hasta que nadie transitase por la avenida, que los callejones se vieran más oscuros de lo normal. Salí, dejé cerrado y comencé a introducirme n cada uno de los callejones que quedaban hasta mi casa, pero nada...
Pasó cada noche durante un mes o dos y no apareció más.

Nuestra biblioteca era la más completa, hasta el libro más inusual estaba en ella y o comprobé yo misma
-¡Oh, señor! ¿Qué lo trae por aquí?- el caluroso saludo de mi madre llamó mi atención y me asomé desde el tercer piso para ver de quien se trataba... era él. Me escondí y esperé a que subiese.
Estaba tomando un libro de "aquella" sección.
-¿Qué buscas?- le pregunté sobresaltándolo.
-Señorita, que falta de respeto la suya por tratarme de esa forma sin conocerme.
-Sé quien... o mejor dicho, que eres
-¿Qué?- estaba sorprendido, aunque lo disimuló, lo noté de inmediato -n... no sé de que hablas, solo vine por unos libros.
-¿Cómo te llamas?... vamp...- en un segundo estaba frente a mí tapándome la boca, mirándome fríamente con esos ojos verde menta, estuve a punto de desmayarme, pero resistí, desafiándole con mi mirada.
Se alejó y tomó algunos libros (que aún no he leído), se marchó a registrarlos. Mi madre volvió a preguntarle su nombre, pero él continuaba esquivo
-Señor, no puedo pasarle esos libros si no me da su identificación- Mi madre dio en el clavo y yo debía escuchar con atención
-Esta bien- dijo el vampiro frunciendo el señor -Amadeus Blake- me lanzó una mirada y sonrió.
En unas semanas él debía volver y yo lo iba a estar esperando... Amadeus Blake. Busqué en todos los registros a ver si encontraba alguna coincidencia... no tiene señora ni hijos, no ha participado en sucesos extraños, nunca se ha casado, no es nuevo en la ciudad, ¡Oh por Dios! no existe simplemente... nada... ni una coincidencia... ¡vampiro traidor!
El "señor Blake" volvió en dos semanas a la biblioteca, casi estaba cerrada y mi madre lo atendió dejando que escogiese otro libro. Sólo dejó los que había llevado y no solicitó otra salida. Salí por la puerta trasera y lo seguí. Amadeus media casi dos metros y sus ropas eran más normal que las de aquella vez, pero su rubio cabello seguía igual de largo.
Se metió por un callejón y corrí pero cuando llegué él ya no estaba ¡maldito vampiro tramposo!

-¿Qué quieres?- Una voz grave y gutural sonó detrás de mi sorprendiéndome.
Desafiante, como siempre, le dije -que me devuelvas mi libro y saber por qué estas aquí-.
-Mi nombre es Amadus Blake, soy...
-un vampiro- lo interrumpí, evitando sus esquivas respuestas. Me miró con desaprobación, bastante molesto al parecer
-¿Qué quieres?- me gruñó
-Ser una de ustedes y que me devuelvas mi libro
-No puedo
-¡Todos sabrán que eres si no...
-Da igual, nadie cree en la existencia de vampiros y no me voy a quedar mucho tiempo
-¡Amadeus!
-Escucheme con atención señorita. Si quiere "ser una de nosotros",bueno, va a tener que esforzarse y controlar su carácter o no durará ni un sólo día entre las bestias. YA nadie cree en vampiros,si habla o no me tiene sin cuidado. El libro era mio originalmente, por tanto, sólo lo recuperé lo que me pertenece. Ahora, s me permite- hizo una reverencia y se marchó

No quedaba otra que resignarme. No lo vería nunca más, no había posibilidad de ser una de ellos, y no hay nada más deprimente que refugiarse en libros de vampiros, soñando con que vengan por una... por tanto debía olvidar y continuar con mi vida.

sábado, 12 de julio de 2008

Du ser, du støter på ... Kan jeg nekte? I

Corrían los años cincuenta... por ese entonces, yo tenía quince años. Mi padre era un empresario internacional, y gracias a él sé suficiente de negocios como para llevar mi propia inversión. Mi madre era dueña de la biblioteca más completa del país, poseía libros muy extraños, entre esos algunos que nadie se atrevería si quiera a mirar; pero yo si. Me lo pasaba metida en aquella biblioteca, todo el día después de la escuela, de todas formas estaba a solo una cuadra de casa. Imaginaba distintos mundos, ponía a prueba mis emociones hasta el límite con cada historia, mis favoritas eran los libros de terror y de conocimiento, me quedaba ahí encerrada hasta altas horas de la noche, no importaba, el barrio era tranquilo y seguro y mis padres confiaban, según yo, demasiado en que nada malo me pasaría. Nunca me interesó sociabilizar mucho, la verdad es que sólo conversaba con uno o dos compañeros de clases, pero con verlos medio día me bastaba y participar de aquéllas irritables conferencias de mi padre... Soy un ratón de biblioteca, jeje. de la sociedad con respecto a la A pesar de todos los quehaceres, eramos muy unidos, compartíamos los fines de semana durante la cena, íbamos al cine una vez al mes, y los tres participábamos de aquellas reuniones de negocios tan habituales de mi padre. En general eramos una familia recatada, honesta, sin grandes lujos, él siempre decía que no había que confiarse, que tarde o temprano podríamos quedarnos sin nada. Aún así procuraba que estuviésemos bien vestida para cada ocasión y teníamos una única criada, Stel, era ágil y joven, ella se encargaba de todo lo necesario y tenía toda nuestra confianza, nada ostentoso. Siempre salimos de lo común respecto a la religión, y es que ninguno gustaba de ir a misa aunque sí creyésemos en Dios. Yo no tenía pretendientes, claro, si me lucía tan poco; aunque a más de un empresario le hubiese gustado que su hijo se casase conmigo; por otra parte, otros tantos ni siquiera lo habrían considerado como opción, ya que sabía demasiado y no sería buena esposa, aunque si una excelente heredera. Mis padres me adoraban, aunque no me iba muy bien en la escuela ya que me distraida con facilidad. Matemáticas: 10; Historia: 8, nunca han sido lo mismo la verdad de lo que te dicen los maestros, por tanto siempre habían diferencias de opinión; Ingles: 10; Lenguaje: 7; música: 4, el asunto es que para estos ramos debía realizar una composición que era gran parte del promedio, siempre ocurría lo mismo: nunca escribía lo que los maestros querían escuchar, creo que mis ideas eran un tanto distorsionadas de su concepto de lo "lindo", pero en fin; arte: 7, mimas historia, aunque lo intentase, no podía, tenía que ser mi inspiración. Era una escuela de señoritas, así que habían otras asignaturas de gran importancia, como lo eran los arreglos florales y el baile. En ciencias me iba bastante bien, aunque me daba asco biología. Y bueno, infaltable, religión: 3; no es mi culpa que esos libros te abran la mente y hagan notar lo sínicos que so aquellos que se creen tan santos detrás de esas túnicas blancas... En fin...



Era viernes por la noche y mi madre cerraba algo temprano, m quedé una o dos horas más, leí algo sobre vampiros y me interesó bastante. El libro era viejo, con cubierta de cuero y hojas de papiro unidas con un hilo de seda, ella no supo que leía, pero no importaba. Parecía un tanto personal, como si fuese un diario de vida, pero escrito por otra persona, algo así como un cronista. Volteé una página y entre medio encontré un sobre que aun tenía el sello de esperma, como si fuese de la edad media. Lo despegué con cuidado y saqué la carta
"Al lector de este diario:
Ruego a usted que tenga especial cuidado desde ahora, grandes desgracias están por venir.
Ha usted leído un libro prohibido y si ha llegado a sus manos es por que él anda cerca, sea muy cauteloso si ama su vida y a su familia.
Todo lo escrito en este diario... es real



Espero comprenda
la urgencia del asunto"
Nadie firmaba... pero fue bastante claro el mensaje.
Guardé el libro y la carta en mi morral para estudiarlos en casa... de día... cuando era menos tétrico, es que gracias a este mensajito me volvió un tanto esquizofrénica y veía sombras moviéndose por todos lados, nada tranquilo como era siempre. Aunque era normal todo ese efecto dadas las condiciones... Salí lo más rápido que pude del edificio, enorme, de cinco pisos bastante antiguo (claro, si los fundadores fueron los abuelos de mis abuelos), corrí hasta la salida y cerré con candado el portón. No me quedé contemplando la arquitectura, no e fui por los pasajes más oscuros ni los caminos más largos antes de llegar a casa ni fui a la plaza cercana como hago cada noche; esta vez traté de no mirar sino que al frente y correr hasta el final de lo que quedaba de la calle. Estaba aterrada y emocionada al mismo tiempo por todo lo descubierto... esta sensación era bastante interesante, tenía pánico de lo que un día de estos podía tocar a mi puerta, pero quería saber y poder contemplar too aquello de lo que sería capaz... jamás experimenté algo parecido en alguno de esos libros, era la realidad...
En mi intento por llegar sin novedad a casa, algo falló en mi plan: de uno de esos callejones tan tentadores que quedaban de camino, un gruñido bastante espantoso hizo retumbar mi corazón, parecía un lobo hambriento, claramente no era n perro, sonaba más fuerte y aterrador. Mi curiosidad me venció... otra vez. Me detuve en frente y me giré lentamente para quedar con mis ojo inmerso en esa infinita oscuridad. Pude distinguir dos hombres, uno flácido y... sin vida en los brazos de un apuesto joven que vestía con ropas del siglo pasado, me miraba fijo, con atención, el verde intenso de sus ojos brillaba exageradamente, su piel era blanca y parecía que fuese a quebrarse en cualquier momento. No me sentí intimidada, más bien, parecí desafiarlo en mi intento de querer parecer más fuerte que... "eso". El hombre tenía una estatura bastante exagerada, no muy corpulento a simple vista, su cabello rubio era largo, contrario al común de la gente de la época, un tanto enchochado atado con una cinta de seda negra.
Parecía tan eterno ese momento, sentí mi fin, creí que moriría de un minuto a otro, pero el hombre que sostenía al otro sangrando, sólo me miraba sin moverse un centímetro. Mi vista logró despegarse de aquel verde esmeralda y se posó en sus labios bastante rojos y finos, perfectos... pero... ese tono... claro, como no me dí cuenta antes... era tan obvio.
Emocionada, no me había hecho nada (aún), así que me acerqué un par de pasos sumergiéndome en la oscuridad, cerró los ojos, sonrió y desapareció en un instante.
¡Oh, Dios! fue tan... excitante...

Todo el miedo desapareció, sólo quedó la duda y, bueno, el muerto que quizás pronto sería uno de ellos. Me dí la vuelta para continuar mi camino y ahí estaba él parado, ahora, delante mío, viéndome de manera intimidánte, yo... retrocedí sin ánimo, ganas, intenciones de huir de aquel momento, y él avanzaba un paso a cada uno que yo retrocedía. Lo desafié, me quedé quita, pero él continuó avanzando. De un momento a otro, sentí sus frías manos rosando mi pálido rostro, apartando mi cobrizo cabello de mi cuello, su otra mano sujetó mi cintura, yo estaba muda, sabía que este sería mi final, si no me convertía moriría en un instante disecada por él. Sus labios se posaron n mi yugular y lentamente abrió la boca dejando escapar un sonido gutural; sentí el aire helado entrar y salir tibio de su boca. En un segundo no supe que pasó, perdí la consciencia segura de mi basta muerte.
 

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