Bueno... Una amiga me dijo que hiciera un blog para publicar mis fics... que más que fics, son historias (divagaciones mentales) basadas un poco en lo que escucho, lo que veo, en el día... mi ánimo... en fin, son leseras sin mucho sentimiento que tarde o temprano llegan a un cayejón en el cual no se como seguir...

No soy muy buena con las letras... pero ese vacío puede ser bien tomado como un final :D...
como sea, ojalá ke el lector lo disfrute...

Dedicado a los amigos n.n!!... aunke solo unos pocos lo vean...

Sláinte!
(B)x(B)


pd: lo rojo son historias sueltas... y todo lo ke este en un solo tono (salvo el rojo) es una historia en continuidad

miércoles, 15 de octubre de 2014

Sueño

"¿Cómo estás?"
Aquella pregunta por primera vez me sonaba lo más incómodo de contestar...
¿Cómo estás?... Uno simplemente podría mentir, fingir una sonrisa y convencer a todo el mundo de que es feliz. Pero en ese momento, tan frágil que un solo sonido podía quebrarlo como un jarrón de cristal, tan ineludible que solo intentar esquivarlo podría hacer que un puente colgante me lanzase al precipicio. No parecía posible engañar, ni con mi mejor careta de actor.
Una llamada inesperada, era el deseo que más anhelaba para poder huir; una persona externa, un terremoto, una alarma, ¡Lo que fuese para no contestar!.

Por fin desperté. Estaba solo. Nadie preguntó jamás, nadie de quien escapar. No había nadie de quien esconderse. Todo había llegado a su fin.
Fue el sueño más largo, hermoso y tempestuoso que haya tenido alguna vez. Un final esperado, calculado y sorpresivo.

Un reencuentro frío y nervioso. Dudo. Me acerco, me alejo, ¿me desvanezco o soy el centro?.
Dudo. La miro a los ojos, pero esquiva mi mirada. Busco su mano, pero esconde las suyas. Sus manos... tan suaves y hábiles, eran mías; y sus labios tan dulces y excepcionales; su cuerpo... tan perfecto, diseñado para mí... Su sonrisa, ¡todo!... todo lo dejé ir...

Ya no quiero más. No necesito más. Se acabó... Y el largo y tempestuoso, aunque tierno sueño, se lo lleva las arenas del tiempo; y un titiritero, joven verdugo y ambicioso pastor, espera por mi. 


sábado, 11 de octubre de 2014

Con un cigarro y un café...

Con un cigarro y un café, espero.
En lo alto de la montaña, rodeada de bosque y soledad.
Con un cigarro y un café, suena a lo lejos
la melódica guitarra que llena el silencio,
en el enorme vacío que no consigues capear.
Tan cerca pero tan lejos, parece broma y mentira,
parece engaño,  parece rechazo
Con un cigarro y un café... te dejo...

Mariposas de colores a lo lejos,
me rodean y me atrapan.
Hadas, ninfas y dríades
me invitan al jolgorio por la libertad.
Con un cigarro y un café, las risas tapan el llanto de mi alma,
la revolución de mi corazón; el despertar epílogo de un beso...
Y te veo revolotear atrevido por ahí,
buscándome con nostalgia y lastimoso mirar

Culpa, pena y frustración.
Tres cosas que destruyen cuándo se funden en deseo.
Tres cosas que hacen esperar por el mañana que nunca llegará.
Así, un cigarro y un café,
llenan el espacio de lo que nunca pude aceptar,
y la verde yerba se vuelve más y más invasiva y fácil de atar

jueves, 14 de octubre de 2010

oppvåkning

Ese dormir fue más cómodo, no habían sueños inquietantes ni pesadillas alterantes. Sólo un espacio negro y completa inconsciencia, de un segundo a otro y sin sentir cansancio alguno, desperté nuevamente. Extrañamente en un lugar estrecho, cerrado, incómodo y asfixiante. No entendía nada de lo que estaba sucediendo; completamente segura de que tenia los ojos abiertos y que mis sentidos respondían correctamente, toqué el techo que estaba cercano a mi cara, cálido y suave... ¡oh no!... ¡¿Un ataúd?!
Ya... desesperada por unos instantes comencé a golpear por si me oían. Si tenía suerte estaría en mi funeral y toda la gente a mi alrededor se daría cuenta de lo anormal de la situación, me rescatarían y me apretarían en constantes abrazos de osos y agradecerían a Dios por ser tan bueno y traerme a la vida de nuevo. Pero, como últimamente no le agrado a la suerte, esta no sería la ocasión.
Bueno, pude abrir el féretro, en silencio y con cuidado para no asustar a nadie que pudiese estar cerca. No es muy normal salir de una caja para muertos.
Entonces miré a mi alrededor, reconociendo el terreno; lúgubre, iluminado por velas, muros cubiertos de piedra, parecía una bodega medieval o (peor aún) aquel cuarto de maquinas de tortura que solía ver en mis sueños. Al menos el vestido que llevaba era lindo, de gasas blancas con detalles en brocados negros, zapatos a juego, un lindo peinado y un prendedor de plata en el pecho, bordeando un elegante escote. Claro, estaba vestida para mi propio funeral, el suceso más elocuente de un ser humano. Con cuidado de no arruinar ni un solo detalle, salí del cajón y me dirigí a la puerta para... bueno, explorar. Se oía música de algún lugar, así que la seguí. No era una sonata muy alegre, era más bien llena de lamentos y sinceridad. Me envolvió por unos instantes en una sublime sensación de misericordia antes de encontrar la habitación que escondía al exquisito pianista.
Me acerqué a la puerta entre abierta y pude ver un piano de cola, y al elegante músico quien era nada más ni nada menos que Amadeus...
-Deberías agradecerme en vez de estar parada ahí como una delincuente- Dijo sin mirarme, sin detener sus finos dedos del melancólico piano. Si no fuera que lo conozco y sé lo horrible y desagradable que es cuando no está sumergido en el vaivén de sus dedos, me abría enamorado en aquel segundo del peor hombre que existe en la Tierra (en serio, no creo que pueda existir algo peor que este asqueroso chupasangre).
-De hecho- comencé -creo que me debes una muy buena explicación- Mi voz salió con más autoridad de la calculada y el dejó de tocar, cuando vio mis brazos cruzados bajo mi pecho, no dudó en ponerse de pie
-A ver. Te pongo al día: tu fuiste la que empezó por obsesionarse conmigo, te interpusiste en mi pacífica existencia, hiciste que llamase la atención de la gente (cosa que personalmente prefiero evitar), provocaste un accidente que pudo haberte quitado la vida, y para que no cometas errores te protejo de los médicos locos sedientos de descubrir un vampiro. ¿Algo más que quieras saber?
-¿Vampiro?
-No, no eres uno si a eso te refieres. Sólo estas con un poco de anemia y deshidratada, cuando te recuperes tendrás que tener preparada una hermosa excusa que explique el por qué de tu repentina desaparición. Por ahora necesitas alimentarte como corresponde, y de verdad espero que me agradezcas por el banquete que hice para ti.
Nos dirigimos a un enorme comedor en completo silencio, sólo el eco de nuestros pasos revotando en las altas paredes medievales del castillo. Era para veinte personas más o menos, pero como éramos sólo él y yo, el resto había que decorarlo con flores, ensaladas y frutas. De verdad se había esforzado por que todo se viera apetitoso y pudiésemos calmar nuestras tensiones. Ahora que había hablado más con él, se veía menos rígido y más joven. Como todo un caballero, señaló mi puesto y me sirvió el vino.
-Tranquila- me dijo al ver que jugaba con la comida mostrando desconfianza -¿crees te voy a matar después de tomarme tantas molestias en mantenerte viva?
-¿Por qué desperté en un ataúd?
-Lo siento, aún no tengo una cama en una habitación lo suficientemente oscura para cuidar de tu fotofobia; a menos que sea mi cuarto.
-Entonces... tengo anemia, fotofobia y estoy deshidratada, pero eso no me hace un vampiro, ¿cierto?
-cierto
-Y tu me trajiste aquí porque si me quedaba en ese hospital los doctores se iban a volver un poco psicóticos con mi caso y pensarían que si lo soy, ¿cierto?
-vaya... eres más inteligente de lo que pensaba
-que gracioso- decidí dejar las preguntas hasta ahí. Hasta el momento todo encajaba y tenía perfecta lógica, salvo el hecho de que le importe mantenerme con vida; bien pudo haberme matado, pero al contrario, quiere que me recupere y para eso, él personalmente se encargara de mí.
Dejé eso de lado una vez probé el festín. ¡manjar de dioses!de verdad que si se había esmerado mucho en satisfacerme; jamás había probado algo tan delicioso; no dude que lo hubiera preparado el solo, pues en mi recorrido no vi indicios de que hubiera servidumbre o algo por el estilo.
Asado de pavo con salsa de finas hierbas, ensalada de champiñones y lechuga con trozos de palta, un vino merlot para la ocasión, muy conveniente, y el postre macedonia con salsa de frambuesa, nada muy dulce. Un menú sencillo pero muy delicioso. bajativo: menta.
-¿Así que eres médico?
-¿Qué? ¿crees que en doscientos años me he especializado solo en la medicina y sus avances?
-Disculpa si te ofendí...- creo que lo subestimé
-Soy médico y además un artista completísimo
-¿Eso es todo?
-Eso es todo lo que a ti debiera interesarte. No hay más. Ahora vamos a mi habitación para empezar tu tratamiento.
El cuarto tenia un enorme estante lleno de libros de medicina, alquimia, y otros temas relacionados con hierbas y cocina. Para ser un arista completo, como alardeó hace un rato, sólo tiene un piano, nada de tocadiscos ni pinturas ni composiciones escritas ni esculturas; bueno, ni un sólo representante del arte mas que un piano de cola en perfectas condiciones.
Bueno, se acercó al estante, tomó un libro y leyó un rato.
-Bueno- dijo cuando acabó -necesito que tomes esto- cogió una botellita con un líquido transparente, cuando lo abrió y me lo pasó, percibí que no tenía ni una clase de olor. Como si fuera simplemente agua
-Esta claro que para hidratárme debo tomar agua, pero no crees que todo este jaleo es un poco ridículo considerando que eso es lo que me das a tomar ahora?
-¿Quien dijo que era una pequeña dosis de agua? sólo tómala
Hice caso, me la tome de un trago. Era como agua: no color, no olor, no sabor. Pero tenía algo especial, era tan fría que sentí como mi cuerpo se congelaba por dentro; me dio hipotermia en frente de él y, claro, ni se movió para abrigarme o algo. Me asusté, claramente no confío en él, y nunca lo haré
-¡¿Qué pretendes?!- protesté, pero no me hizo caso, de hecho el único movimiento que hizo fue meter una mano al bolsillo y sacar su reloj para contar los segundos de mi desesperación. Lentamente el frío desapareció, pero mi respiración comenzó a hacerse más difícil y mi corazón se detenía lentamente. Bueno, no caí, me petrifiqué en aquel lugar y mi vista se fue a un entorno completamente blanco, sin sombras ni siluetas de ningún tipo. Todo era blanco.
Cuando volví a ver estaba en la misma posición que antes de empezar con esta extraña experiencia, y Amadeus seguía parado frente a mí, mirando su reloj.
-Bueno, ya esta. Hidratación completa, no deberías seguir sintiendo aquella molesta sequedad en tu garganta, y tu sangre también debería ser "mortal". La fotofobia tardará más ya que debe ser una exposición paulatina al sol. Asi que, esta noche dormirás aquí. Confiaré en que no toques nada y, por tu bien, no abras las cortinas.
Me dejó sola en el cuarto, supongo que ya era de noche y él se iría de casería mientras yo me recuperaba de... bueno, de todo.

viernes, 6 de agosto de 2010

Drømmer

De pronto me vi en un escenario nuevamente desconocido para mí. Estaba en aquel palacio antiguo, pero esta vez el silencio inundaba cada rincón, los pasillos ya no eran iluminados por velas, sólo la luna llena que se filtraba entre las ruinas de la obra arquitectónica. Un escalofrío recorrió todo mi ser y ya no me animaba a explorar las instalaciones; sólo quería salir de ahí, huir, lejos.
Llegué hasta el final del pasillo y me encontré con una enorme y pesada puerta, no era la que buscaba. Me di la vuelta y corrí hasta el otro extremo del pasillo encontrándome con una escalera en descenso al pasar, entonces bajé apresuradamente pensando que llegaría al primer piso y así poder salir de ahí. No fue así, era una especie de subsuelo, un calabozo... extraño ya que tenía un acceso abierto con amplia vista de toda clase de maquinas de tortura medievales, pero luego recordé que originalmente era hogar de vampiros, chupa sangres, reyes de torturas y quien sabe que otras practicas tórridas que no debe interesarles ocultar. Me encontraba en un dilema, ¿explorar... o no explorar?. Vote por mi cobardía ya que aquel pasillo se veía aun más tétrico que el piso anterior y recordaba que la última vez que estuve ahí, se libró una batalla épica que quizá todavía podría continuar ya que no sabía ni que día ni que hora era, por no mencionar que no había señal del año en curso. Subí lo más rápido que pude rogando por no tropezar y caer escaleras abajo nuevamente. entonces gire a la derecha, buscando una salida al final del pasillo. ¡Maldición!, estaba atorada. Mi valentía no estaba conmigo desde que llegué, así que podría decir que fue la peor de mis pesadillas; y como era de esperarse, además de mi psicosis, todo empeoró.
Me senté en el suelo sollozando, procurando no hacer mucho ruido, desesperada por no hallar una salida, atrapé mis piernas con mis brazos hundiendo mi rostro para que nadie (si que cabía la posibilidad de que hubiera alguien) me viera. Cuando hube levantado la cara para pensar con más claridad, mis ojos se toparon con algo que brillaba a lo lejos; dos puntos dorados, muy brillantes a una distancia considerable de mi, se veían a la misma altura que mi mirada, y un gruñido hacía eco... un oso pensé, pero luego caí en la cuenta d haber leído una historia que relacionaba directamente a los vampiros con los licántropos, y, claro, era luna llena... Genial, un lobo, y parecía hambriento y furioso; daba igual, si el vampiro ya no me había matado, lo haría esta bestia de todos modos. Vi como esos soles se movían a gran velocidad acercándose e instintivamente me cubrí el rostro y chillé más fuerte de lo que jamás pensé que podría, esperando que así me protegería del ataque.
Bueno, en cierto modo, me salvé. Había despertado en una habitación pequeña, privada, muy blanca por todas partes con un tubo conectado a mis brazo entregándome una dosis de sangre. Comprendí que no podía moverme y sólo debía esperar a que apareciera algún médico. Examinado el techo por largo rato, trataba de recordar cuales eran los acontecimientos que me habían llevado hasta allí, y también debía pensar en una excusa de por qué hice explotar un auto, robe un arma y la disparé, aparentemente, en contra de un hombre que, quizá, estaría afuera descaradamente esperando por mi recuperación... junto a un abogado. ¡Maldito chupa sangre! me había hecho creer que me había convertido, sin embargo todo había sido una farsa, aquí estaba yo, en un hospital recuperándome de mis heridas como una humana común y corriente. Stel. De un momento a otro me vino su imagen a la cabeza, su cuerpo desvanecido sobre su cama, chorreando las ultimas gotas de sangre. Me pregunto si habrá muerto o bien esta recuperándose en alguna otra habitación...
De pronto entro la enfermera y me vio, me comenzó a hablar con tono de sorpresa pero sin dejar de hacer sus deberes, cambiar algunas flores, cambiar sabanas limpias, me movió con sumo cuidado para no herírme, me dijo que había estado muy delicada el último mes y que le sorprendía como perdía sangre constantemente
-Pero más me sorprende el hecho de que haya despertado. Lleva interna al rededor de un mes y medio, sus padres vienen a visitarla cada vez que pueden. El medico les dijo que era muy probable que usted siguiera en un sueño eterno y...- hizo una pausa prolongada mientras buscaba las palabras correctas -Disculpe mi intromisión, pero... ¿usted recuerda algo del accidente de aquella noche?- el hecho de que haya pasado tanto tiempo me facilitaba mis preocupaciones previas. No necesitaba decir nada más que un "no... no recuerdo nada..." La enfermera se acercó e hizo un chequeo rápido a mis pupilas y algunos aspectos generales mientras seguía contándome algunas cosas, como que al parecer tenía una nueva enfermedad ya que mi piel se había adelgazado mucho y que por eso estaba muy sensible a la luz solar o a cualquier fuente de lumínico-calorífica y que ahora que estaba despierta podría dejar de alimentarme por un tubo y comenzar a comer normalmente, también me advirtió que no estaba absorbiendo los nutrientes como se debía y que todo esto le preocupaba mucho al medico que pronto vendría a revisarme. Cerró la puerta tras de si y me quedé sola nuevamente. No le había preguntado si alguien más vino a verme (Amadeus) ni que fecha ni hora eran, ni cuando volverían mis padres... los había olvidado por mucho rato y ahora los extrañaba tanto que quisiera verlos de inmediato.
En un rato, entró la mima enfermera de hace unos instantes acompañada de un doctor; me inyectaron un sedante o algo que me hizo dormir nuevamente... No desperté muy luego en realidad...

sábado, 24 de julio de 2010

Sweet Dream

¿Una cena?...




...¿Por qué estoy en esta cena?...


No, es más bien un asado informal.

Oh, estas aquí. Ah, no. Yo te estoy acompañando, ellos no son mis invitados, nosotros somos los invitados y esos de ahí también están disfrutando aunque no abunde el alcohol. Que mejor, que estar contigo en esta fiesta, pero aquí están tu familia, tus amigos, y no eres el anfitrión... ¿qué pasa?, necesitas que te abrace. 


Tranquilo

...todo va a estar bien...


Oh, que hermoso, el lago al pie de este cerro, junto a un cementerio... el de tu abuelo.

Debo ir a otro sitio, se lo que pasará y espero estar de regreso a tiempo...


Oh no.
Me lo perdí.
Por algún motivo te heriste y pierdes mucha sangre.
Te quiero salvar

...pero al mismo tiempo... 




...te quiero ver morir.


Me gustaría estar a tu lado pero le dije a tu madre que iría por un médico,

espero regresar a tiempo.


Rayos!, no hay caso. Volví a alejarme de ti en un momento crucial, supongo que me deberé hacer cargo de los preparativos para tu entierro, no te preocupes, no me siento mal. Estaré a tu lado todos los días, la excusa perfecta para disfrutar de este tétrico paisaje. Acomodo tus cenizas tras la ventanilla, soy la única que esta aquí, pero tu familia y demás amigos no están muy lejos, están atendiendo el tema de la misa y otros asuntos que realmente no te interesan.

Ah, una navaja, quizás piense en acompañarte, no se, es linda; la guardare de recuerdo. "Un momento!" me grita alguien, me asustó. ¿Qué le pasa?, me quitó la navaja por la fuerza, qué se cree!. "Es mía" me dice mientras me ve como si yo fuera una ladrona. Da igual, no a quería; voy a reunirme con tus hermanos, que ya se preocupaban por mi demora. Sólo... no... no llora nadie, todos conversan normalmente como si no te extrañaran.
No, no es eso.
Yo tampoco lloro y no es que no te extrañe, es que no hay que preocupar a los demás.




Todo estará bien.


Adiós

amigo mio

viernes, 2 de julio de 2010

Jocker

¡Si!
Al ritmo de esta danza,
salto y brinco
y enloquezco a mi acompañante.
Joven dama de alegre sonrisa
que esconde una profunda pena.
No me interesa,
solo quiero que brinde y disfrute en esta fiesta
¡por sus veintiún años de soltería!.

¡Oh joven dama y hermosa mujer!
que ha optado por rechazar a su pretendiente
para jugar una vez más
junto a este loco bufón.
Y ¡si, señores!
¡Una burguesa no tan formal!
Se ha casado ante los hombres,
pero su alma caprichosa
jamás tendrá un dueño con nombre
¡más que la misma libertad!

¡No os confundáis!
no es alegre,
simplemente lo parece
pero porque junto a mí
¡nada más ha de importarle!
Y si aún con mi compañía
en esas locas noches lejos de su marido,
un caballero,
hombre de guerra que la merecería
de no ser por su incomprensible
exigencia de libertad,
siguiera preocupada por lo que la aflige,
¡damas y caballeros!,
mi acoplo no tendría ningún sentido.

¡Soy un loco bufón!
¡Un arlequín bien calificado, jah!
¡amigo de confianza de la clase alta!
y es por eso que ustedes,
aunque se los restregue en la cara,
jamás entenderán esta relación
de verdadero amor
que tengo con la bella dama
que me acompaña a vibrar
en esta aburrida y monótona fiesta
de clasistas que se ríen de mis chistes
sin comprender que
se burlan de si mismos
¡aún con descaro!

¡No mi reina, no mi rey!,
no es mentira ni exagero;
todo lo que hace de mi existencia la vida misma
es que me burlo de su hipocresía
y de su poca valía,
y de su corta capacidad
de notar que merezco ¡la guillotina y más!
¡pues ni su iglesia merece mis respetos!
¡ni su Dios mi sumisión!
No es que ustedes sean civilizados
con capacidad de reírse de si mismos.
¡No!
¡es que ni siquiera captan
el objeto de porque nacen
esas carcajadas de sus gargantas!

¡Ay, señoras!
¡Distinguidas damas 
engañadas y disminuidas!
¡poco valoradas y estúpidamente
de acuerdo con esa condición!
Si tan solo pudieran ver
lo verdaderamente feliz que es
esta muchacha junto a mi en este momento
todas desearían estar en su lugar.
¡Pero claro! es imposible distinguir para ustedes
la felicidad verdadera
del perfecto papel que ha de representar
en mi ausencia
¡pues yo mismo la he enseñado!
para que nuble sus agudos deseos
de destrozarle la vida con chismes

¡Ah, caballeros!
descarados hombres de poder
que son capaces de castigar injustamente
a una honesta mujer
por cometer el mismo pecado
que una y otra vez
¡es capaz de cometer usted!
Y por ultimo, damas y caballeros!
me río de su absurdo
pues si me llevase de aquí mismo
a mi fiel acompañante,
jamás sabrán
¡que nunca ella regresará!
y su triste marido,
quien de verdad no la merece
sino una que lo ame,
la llorará y me condenará

¡ja-ja!
Sabrán qué hasta al papa me acusará
pero ni su mismísima excelencia
quien acepta mis reverencias
será capaz de creerle
ya que... ¿un bufón?,
¿con esta hermosa y distinguida dama,
que conserva la compostura
y es ejemplo de burguesía?
¡jah, que bulgar!
¡hasta un niño dice chistes mejores
e inventa historias más creíbles!

¡Damas y caballeros!,
feliz de reírme de ustedes
y de su monótono existir,
falto de goce y poca distorsión
que ha agotado mi infinita creatividad;
me retiro para nunca jamás
volver a ver sus rostros engañados,
inexpresivos y por sobre todo...
¡¡REPUGNANTES!!

No os sorprendáis
si tampoco vuelven a ver a mi compañera,
ya que os lo digo aquí y no lo creerán,
pero un bufón nunca miente
pues ni razones
para ello ha de tener alguna vez,
esta mujer goza de su libertad
¡junto a mi!
Y yo disfruto de quien soy
cuando estoy junto a ella.

Pues, damas y caballeros,
nunca acepté hacer reír
sin ver su inteligente sonrisa
y su dolor en su mirar.
Y sólo un loco enamorado
ha de comprender
nada más que la mitad de lo que os digo
ya que, como sabrán,
ni loco ni enamorado
es capas de comprender
a un arlequín ¡burlón y descarado!

miércoles, 29 de abril de 2009

Dancing With The Devil

Al compás de aquella tormentosa sonata, me rodean siluetas burlonas que se funden en la bruma de la hermosa noche de luna. Aquellas carcajadas me recordaban la equívoca posición que por tiempo había tomado y que ése era mi lugar: Al centro de la fúnebre danza tortuosa.
No recuerdo cómo llegué aquí ni desde hace cuanto estoy bailando, esquivando los profundos cortes que las otoñales hojas provocan en mis brazos y piernas; la verdad ya no siento el cuerpo y bien podría caer al suelo sin saber que va a pasar... sin que me importe.
No siento dolor ni preocupación y he olvidado a aquellos que valoro más que la vida, tampoco tengo el afán de recordarlos para darme ánimos de salir de aquí. Por irónico que parezca, me siento bien ahora, sin aquella pesadez provocada por la culpa y la vergüenza, sin aquel malestar creado gracias a la soledad y las anomalías propias del ser.
Podría seguir bailando en este circulo alumbrado por aquel cuerpo que danza con la Tierra en el interminable vals iluminado por el Sol; y así, tal como aquella esfera grisácea, bailar y bailar eternamente sólo para olvidar y sentirme bien, aunque sólo mi alma continúe al son de la canción que el viento sopla para mí, y que mi escenario sea donde mi propio cuerpo yace desde hace algún tiempo. Sólo para sentirme así y creer que llegará en algún momento la compañía que llenará el vacío inevitable en mí, entonces estaré completa, bailando y bailando eternamente aún sin mi cuerpo, junto a aquel que quiere llevarme a valsar en su oscuro escenario rodeado por otra siluetas que, así como yo, sólo se mueven disfrutando y gozando y que para muchos sólo son zombies mecanizados, pero yo sé que no es así...
Entonces danzo por todo el escenario y mi cuerpo se deshace lentamente cual rosa florecida en pasión, expuesta a una tormenta celosa de su simétrica belleza, hasta que sólo las hirientes espinas continúen complaciendo a quien toca para ella, soñando volver a nacer para ser vista y envidiada otra vez.
 

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